Ingredientes:
- 1 paquete de espinacas congeladas
- Bechamel (aceite, harina, leche, sal y nuez moscada)
- Pasas
- 1 pimiento rojo
- 1 pimiento amarillo
- Masa quebrada (teneis la receta en panes y masas)
Preparación:
Cocemos las espinacas en agua con un poco de sal, hasta que estén tiernas, 15 minutos apróximadamente. Escurrimos bien y reservamos.
Hacemos la bechamel... En un cazo echamos un buen chorro de aceite, lo ponemos a fuego medio y cuando empiece a coger calor echamos 2 ó 3 cucharadas de harina, bajamos el fuego, removemos sin parar para que se dore ligeramente y vamos echando a poquitos leche hasta conseguir la textura que más nos guste, mejor que quede espesita, yo os aconsejo hacerlo con varillas así evitamos los grumos. Lo dejamos cocer a fuego medio 15-20 minutos removiendo de vez en cuando. Ponemos sal y nuez moscada a nuestro gusto.
Cuando esté la bechamel incorporamos las espinacas y mezclamos bien.
Añadimos las pasas...
Asamos los pimientos en el horno con un chorrito de aceite de oliva, los dejamos enfriar, los pelamos y reservamos.
Ponemos las espinacas en una fuente de horno y encima los pimientos
Y cubrimos con la masa quebrada, yo tenía la masa congelada, solo teneis que descongelarla y estirarla con el rodillo. También podeis comprarla ya preparada.
Lo horneamos a 180º (5 min. aprox.) hasta que esté dorado. Si quereis que quede con un tono dorado y brillante, lo pincelais con huevo batido antes de hornear y listo.
Lo acompañé con unas croquetas envueltas en un poco de masa quebrada que me sobró.
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